
Hola, somos la Clínica Dental Boyer, y mira, hoy queremos contarte de forma clara cuáles son los “alimentos buenos y malos para tu salud dental”. No es una lista aburrida, es más bien una guía práctica que nace de lo que vemos cada día en consulta y también de lo que dicen los estudios, pero contada a nuestra manera. Así que si te interesa mantener una sonrisa que aguante el paso del tiempo, sigue leyendo.
Bueno, si lo piensas, todo empieza por lo que metes en la boca. Comer no es solo cuestión de saciar el hambre o disfrutar sabores. Cada bocado puede ser una ayuda o una amenaza para el esmalte, las encías y ese aliento que a veces no engaña. Así que sí, es importante mirar de cerca lo que estás comiendo todos los días, sin obsesionarse, pero con cabeza.
Leche, queso, yogur… más allá de que estén ricos, son muy útiles para que tus dientes se mantengan firmes y fuertes. ¿Por qué? Pues porque tienen calcio y fósforo a montones, que vienen genial para reforzar el esmalte. El queso curado, por ejemplo, es casi como un escudo, además de que hace que tu boca produzca más saliva, lo cual es clave para equilibrar los ácidos que atacan los dientes.
Zanahorias, manzanas, apio… esos alimentos que hacen “crack” al morder no solo están llenos de vitaminas, también ayudan a barrer restos de comida y estimulan la saliva, lo que viene genial para evitar esa película pegajosa de bacterias que se forma si no haces nada.
Parece simple, pero beber agua, sobre todo entre comidas, es de lo más efectivo que hay. Si además tiene flúor, mejor todavía, porque ayuda a mantener a raya a los microbios que no te convienen. Y no, no necesitas un litro de colutorio diario, solo un vaso de agua cada tanto.
Alimentos como legumbres, vegetales de hoja, carne magra o pescado tienen lo necesario para que las encías se mantengan bien sujetas. También los frutos secos, sobre todo los que tienen Omega-3, ayudan a que el calcio se asiente mejor. Todo suma, y más cuando no te saltas comidas.
El té verde es más que una bebida popular. Tiene antioxidantes que pelean contra las bacterias que fastidian tu boca. Y los chicles con xilitol —que no tienen azúcar—, sirven para generar saliva, lo que también ayuda a limpiar y proteger. Así que si te gusta mascar algo después de comer, esa es una buena opción.
Caramelos, bollos, refrescos… todos esos caprichos alimentan a las bacterias que hacen fiesta en tu boca, creando ácidos que desgastan el esmalte. Y lo peor no es solo el azúcar, sino lo pegajoso: se queda ahí entre los dientes como si no quisiera irse, y eso no es nada bueno.
Zumo de naranja, refrescos con gas, vinagre, vino… parecen saludables, pero su acidez va erosionando poco a poco la capa protectora de los dientes. Y no necesitas beber litros: con una sola exposición ya empieza el daño, así que conviene saberlo.
Manchan los dientes, sí, pero también reducen la cantidad de saliva que producimos. Y menos saliva = más bacterias haciendo de las suyas. Un café al día no va a destruir la boca, pero es mejor tenerlo en cuenta.
El pan blanco, los snacks fritos tipo patatas… en cuanto los masticas, tu boca los convierte en azúcares simples que terminan atacando el esmalte igual que los dulces. O sea, no es solo lo dulce, sino lo que se vuelve dulce sin parecerlo.
El gas no solo molesta al estómago a veces, también desgasta el esmalte. Incluso las versiones sin azúcar pueden dañar porque el ácido carbónico sigue estando ahí. Si tomas una de vez en cuando, bien, pero si es algo habitual… mejor replantearlo.
La clave está en combinar una alimentación equilibrada con una rutina básica de higiene.
Cepillarte bien, usar hilo dental cuando puedas, enjuague de vez en cuando… y ojo: no te laves los dientes justo después de haber comido algo ácido, espera un rato, porque si no puedes dañar el esmalte aún más.
¿Por qué el queso ayuda tanto?
Porque sube el pH de la boca, genera saliva y ayuda a reparar el esmalte.
¿Es segura el agua con flúor?
Sí, totalmente. En dosis normales, es una aliada.
¿Cuándo me cepillo si tomé zumo?
Espera al menos media hora. Así dejas que la boca se recupere del ácido.
¿El té verde realmente sirve?
Sí, tiene compuestos que luchan contra las bacterias y hasta algo de flúor natural.
Al final, no se trata de prohibir cosas o vivir con miedo a comer. Se trata de elegir bien, de tener conciencia de lo que metemos en la boca y combinarlo con un cuidado oral diario y visitas al dentista sin dejar pasar años. En Clínica Dental Boyer, nos tomamos en serio tu sonrisa y nuestro enfoque es ayudarte a encontrar el equilibrio.
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